Diseño colaborativo de servicios públicos
PASO 1: Racionalización del sector público e incentivación del logro de resultados. El proceso consiste en vincular la productividad y los incentivos de los directivos de las empresas públicas estatales al logro de resultados de su departamento y la situación macroeconómica en España.
Paso 2: Los implicados serán los siguientes:
2.1 Directivos de las empresas públicas estatales (Adif, Agencia EFE, Grupo Correos, Aena, Navantia, Loterías y Apuestas del Estado, Radio Televisión Española (RTVE) y Puertos del Estado). Deberán establecer un KPI en su departamento (ejs: reducción de los tiempos de espera, resolución de incidencias/reclamaciones) y asegurar su cumplimiento.
2.2 Intervención General del Estado: asegurará que la gestión de la empresa se adecúa a los principios de legalidad, economía, eficacia y eficiencia.
2.3 Banco de España: elaborará el informe de la situación económica española.
2.4 Servicios de inspección de la AGE: fiscalizarán de forma independiente el cumplimiento de los KPI fijados por la dirección de las empresas.
Paso 3: El plan implica que los actores comentados ejerzan sus respectivas responsabilidades, las cuales convergerán para que los beneficiarios, es decir, la sociedad, se vea beneficiada ya que los incentivos y por tanto, los gastos de las empresas públicas queden vinculados de facto al logro de resultados y la situación económica general favorable. Los KPI son indicadores de mejora continua, que deberán ser implementados por los responsables de las empresas públicas. La IGAE e inspección correspondiente fiscalizarán el logro de resultados de manera independiente. En el supuesto de que sí se han implementado y cumplido los objetivos, y la evolución de la economía española es favorable (donde participaría el Banco de España al indicar que el crecimiento permanece estable al tiempo que se reduce el déficit) se permitiría que los directores cobrasen el plus de rendimiento.
Pros y contras: como principales ventajas, encontraremos la mejora continua en el servicio y la incentivación en el logro de resultados que redundaría en un servicio que debe tender a la excelencia. Como contra, que una situación ajena al servicio (como una crisis económica) desincentive la permanencia de la mejora continua al estar parte de la remuneración afectada por vicisitudes externas. No obstante, esto se compensaría con menor gasto en las arcas públicas.
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